
La desensibilización sistemática es un técnica cognitivo-conductual desarrollada por Wolpe en 1958. Su objetivo principal es acabar con las respuestas de ansiedad y con las conductas de evitación propias de los trastornos ansiosos.
Es técnica tiene un gran efidencia científica y se usa con frecuencia en psicoterapia.Por ello, en este artículo te hablaremos de qué se trata, cómo funciona y cómo aplicarla.
¿Qué es la desensibilización sistemática?
Esta técnica es una forma de intervención psicoterapéutica que se emplea para el tratamiento de trastornos de ansiedad y alteraciones psicológicas asociadas a estos como conductas de evitación, ataques de pánico, etc.
Wolpe lo plantea como un entrenamiento en el que la persona aprende a gestionar las emociones producidas por experiencias ansiógenas, siguiendo una curva de dificultad ascendente, es decir, empieza por situaciones menos ansiógenas hasta que las supera y pasa a una que le crea mayor ansiedad.
Por tanto, se podría decir que la desensibilización sistemática parte de la premisa que para superar la ansiedad es necesario aprender a afrontar ese malestar, en vez de intentar bloquearlo, evitarlo o huir de él.
Asimismo, Wolpe propone para ello llevar a cabo un condicionamiento clásico. Este principio consiste en que la intensidad de la ansiedad puede ser reducida a través de la emisión de una respuesta incompatible, como podría ser la relajación. De esta manera, se induce una respuesta automática de relajación que interfiere con el malestar del estímulo aversivo.
¿Cómo se aplica la desensibilización sistemática?
- Relajación: se le enseña al paciente una técnica de relajación sencilla que pueda pueda practicar en casa. Es importante explicarle siempre el por qué se le va a enseñar una técnica de relajación para su ansiedad. En cuanto a la técnica a utilizar no importa cual sea siempre y cuando, ante la situación ansiosa, estas respuestas incompatibles de relajación puedan ser aplicadas de forma fácil y rápida.
- Jerarquía de ansiedad: se trata de elaborar una lista ordenada por nivel de ansiedad de las situaciones temidas. Para ello, se le pide al paciente que enumere diferentes situaciones que le generan ansiedad y las ordene de mayor a menor ansiedad. Puede ayudar hacer una lluvia de ideas si a la persona le cuesta. Por ejemplo: en una fobia a los ascensores sería: 1)ver un ascensor (ansiedad 1), 2) picar el botón del ascensor (ansiedad 3), 3)ver el interior del ascensor (ansiedad 6)…
- Práctica en imaginación: lo primero que tenemos que hacer es evaluar la capacidad de imaginación de la persona. Para ello, podemos pedirle que se imagine una situación y preguntarle los detalles de la misma para ver hasta qué punto es vívida. En el caso de que no tenga una buena capacidad de imaginación, no pasa absolutamente nada. Este paso se puede saltar. No obstante, si su capacidad es buena, es perfecto empezar a trabajar alguna situaciones en sesión aplicando las técnicas de relajación.
- La desensibilización sistemática: se le pide a la persona que se exponga a las situaciones jerarquizadas haciendo hincapié en lo importante que es quedarse en esa situación hasta que la ansiedad disminuya por completo. Una vez que la situación no genera ansiedad, se puede pasar a la siguiente.
¿En qué casos se aplica?
Es una técnica que se utiliza mucho por su eficacia y eficiencia en fobias. Aún, así se puede utilizar para otros tipos de trastornos de ansiedad siempre y cuando cumplan con un criterio básico: que sea una respuesta a una situación o un estímulo específico. Un ejemplo sería las disfunciones sexuales o agorafobia.