
Según la RAE, una persona asertiva sería aquella que expresa su opinión de manera firme. Sin embargo, los psicólogos añadimos un matiz y es que ser asertivo no es solo defender tu opinión, sino defenderla, expresarla y ser capaz de hacer sugerencias sin ser agresivo o pasivo.
En definitiva, ser asertivo significa expresar nuestros pensamientos, emociones y decisiones de manera firme, respetándonos a nosotros mismos y a los demás.
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Las ventajas de ser asertivo.
Ser asertivo nos permite expresar sin miedo o agresividad lo que pensamos o sentimos, lo cual es liberador y bueno para la salud mental. Cuando, por ejemplo, reprimimos nuestras emociones o no damos nuestra opinión, lo vamos acumulando y suele desembocar una mucha rabia, frustración y resentimiento. Además desde está actitud dejaremos que otros dirijan nuestra vida y vivamos siempre las decisiones de otros. Este estilo pasivo está estrechamente relacionado con una baja autoestima y confianza en uno mismo.
Por otra parte, expresar nuestra opinión desde la imposición, con un lenguaje intimidado y agresivo provoca conflictos, malestar y está relacionado con problemas de salud como la hipertensión o, incluso, los ictus. Además, es un estilo que termina por aislar a la persona y reducir su entorno social.
Por tanto, el estilo asertivo nos permite relacionarnos mejor con nuestro entorno, desarrollar una buena autoestima, alcanzar nuestros objetivos. mejora la autoconfianza y nuestra salud emocional.
Las 10 claves para ser más asertivo.
- Sé simple y claro en tus mensajes. Evita dar explicaciones innecesarias o dar vueltas sobre el tema. Tu opinión tiene que ser concisa y, evidentemente, educada.
- Aprende a decir NO. a las personas poco asertivas les cuesta decir que no. Pero debes entrenarlo empezando por pequeñas cosas como en el supermercado cuando te ofrezcan algo o con un teleoperador. Al principio genera mucha ansiedad pero con el tiempo te vas acostumbrando y te hace sentir mejor.
- Céntrate en el problema y no en la persona. Evita atacar o juzgar a la otra persona. Pon tu atención en el problema que deseas solucionar.
- No te disculpes por expresarte. No hay ninguna razón por la que te tengas que sentir culpa o avergonzado por dar tu opinión ya que vale tanto como la de cualquier otro. Ser asertivo es comunicar lo que quieres y no es egoísta. Así que exprésate de manera educada y espera la reacción del otro.
- Muestra comprensión y escucha. Ser asertivo implica escuchar y comprender cómo siente o piensa la otra persona. Para ello, demuéstrale que le escuchas y entiendes su posición mientras estés hablando.
- Sé persistente. A veces, si queremos conseguir que se nos respete tenemos que ser persistentes y luchar de manera asertiva por nuestro intereses.
- Utiliza el “YO”. Utiliza el “yo siento” o “yo pienso”. De esta manera, se evita que la otra persona se ponga a la defensiva. Parece un diferencia insignificante pero no es lo mismo decir “me siento poco querido” a “no me quieres”.
- Lenguaje y tono de voz calmado y empático. El lenguaje no verbal es imprescindible en una comunicación asertiva. Hablar de manera acelerada, no mirar a los ojos, utilizar un tono alto puede dar la sensación de agresividad o de pasividad. Para ello, cuando de tu opinión utiliza un tono amable y tranquilo.
- Reconoce tus errores. Ser asertivo también supone saber admitir tus fallos. Si te han hecho una crítica, en vez de enfadarte, reconoce tu cuota de responsabilidad y, solo después, explica tus razones.
- Elige las batallas en las que quieres entrar. Ser asertivo no significa defender constantemente lo que pensamos o sentimos. Recuerda que la situación es situacional y contextual. Por ello, antes de entrar en todas y cada una de las disputas o posibles peleas, valora y pregúntate si te merece la pena.
Referencias:
- González, L. G., & Kasparane, A. G. (2009). Asertividad: un análisis teórico-empírico. Enseñanza e investigación en psicología, 14(2), 403-425.
- Caballo, V. E. (1983). Asertividad: definiciones y dimensiones. Estudios de psicología, 4(13), 51-62.